domingo, 5 de septiembre de 2010

La Hormiguita




Habia vez i vez una hormiguita tan primorosa, tan concertada, tan hacendosa, que era un encanto. Un dia que estaba barriendo la puerta de su casa se halló un ochavito. Dijo para si:
¿Qué haré con este ochavito? ¿Compraré piñones? Nó, que no los puedo partir. ¿Compraré merengues? Nó, que es una golosina. Pensólo más, i se fué a una tienda donde compró un poco de arrebol; se lavó, se peinó, se aderezó, se puso su colorete, i se sentó en la ventana. Ya se vé; como que estaba tán acicalada 1 tan bonita, todo el que pasaba se enamoraba de ella. Pasó un toro, i la dijo: - ¿hormiguita, te quieres casar conmigo? ¿i cómo me enamorarás? respondió la hormiguita. El toro se puso a rujir; la hormiga se tapó los oidos con ambas patas. -Sigue tu camino, le dijo al toro; que me asustas, me asombras, i me espantas. i lo propio sucedió con un perro que ladró, un gato que maulló, un cochino que gruñó, un gallo que cacareó. Todos causaban alejamiento a la hormiga; ninguno se ganó su voluntad, hasta que pasó un ratonperez que la supo enamorar tan fina y delicadamente que la hormiguita la dió su manita negra. Vivian como tortolitas, i tan felices, que de eso no se ha visto desde que el mundo es mundo. Quiso la mala suerte que un dia fuese la hormiguita sola a misa, despues de poner la olla que dejó al cuidado de ratonperez, advirtiéndole, como tan prudente que era, que no menease la olla con la cuchara chica, sino con el cucharon; pero el ratonperez hizo, por su mal, lo contrario de lo que le dijo su mujer: cojió la cuchara chica para menear la olla, i así fué, que sucedió lo que ella habia previsto. Ratonperez, con su torpeza, se cayó en la olla, como en un pozo i allí murió ahogado. Al volver la hormiguita a su casa, llamó a la puerta. Nadie respondió ni vino a abrir. Entónces se fué a casa de una vecina para que la dejase entrar por el tejado. Pero la vecina no quiso, i tuvo que mandar por el cerrajero que le descerrajase la puerta. Fuése la hormiguita en derechura a la cocina; miró la olla, i allí estaba ¡qué dolor! el ratonperez ahogado, dando vueltas sobre el caldo que hervia. La hormiguita se echó a llorar amargamente. Vino el pájaro, i le dijo: -¿Por qué lloras? Ella respondió: -Porque ratonperez se cayó en la olla. -Pues yo, pajarito, me corto el piquito. Vino la paloma, i le dijo: -¿Por qué, pajarito, te has cortado el pico? -Porque el ratonperez se cayó en la olla, i que la hormiguita lo siente i lo llora. -Pues yo, la paloma, me corto la cola. Dijo el palomar: -¿Por qué tú, paloma, cortaste tu cola? -Porque ratonperez se cayó en la olla, i que la hormiguita lo siente i lo llora; i que el pajarito cortó su piquito, i yo, la paloma, me corto la cola. Pues yo, palomar, vóime a derribar. Dijo la fuente clara: -¿Por qué, palomar, vaste a derribar? -Porque el ratonperez se cayo en la olla, i que la hormiguita lo siente i lo llora; i que el pajarito cortó su piquito, i que la paloma se corta la cola; i yo, palomar, vóime a derribar. -Pues yo, fuente clara, me pongo a llorar. Vino la Infanta a llenar la cántara. -¿ Por qué, fuente clara, póneste a llorar? -Porque el ratonperez se cayó en la olla, i que la hormiguita lo siente i lo llora; i que el pajarito se cortó el piquito, i que la paloma se corta la cola; i que el palomar fuese a derribar, i yo, fuente clara, me pongo a llorar. -Pues yo, que soy Infanta, romperé mi cántara. I yo que lo cuento acabo en lamento, porque el ratonperez se cayó en la olla, ¡I que la hormiguita lo siente i lo llora! *Debido a la antiguedad del libro del cual se sacaron estos cuentos (1880 aprox) la "i" está escrita en lugar de la "Y".-

No hay comentarios:

Publicar un comentario