martes, 30 de noviembre de 2010

Una Cuncuna Amarilla

 
 
una cuncuna amarilla
debajo de un hongo vivia
ahy en medio de una rama
tenia escondida su cama

comia pedasos de hojas
tomaba el sol en las copas
le gustaba subirse a mirar
a los bichitos que pueden volar

porque no sere como ellos
preguntaba mirando a los cielos
porque me tendre que arrastrar
si yo lo que quiero es volar

un dia le paso al raro
sentia su cuerpo inflado
no tuvo ganas de salir
solo queria dormir

se puso camisa de seda
se encondio en una gran higera
todo el invierno durmio
y con alas se desperto

ahora ya puedo volar
como ese lindo sorzal
mariposa yo soy
son mis alitas yo me voy

martes, 12 de octubre de 2010

Oracion con Yin por el Universo

.....

Nuestro amor alcanza a todos los mundos, niñito mío.
..... El amor nuestro quiere abrazar todo lo creado y desea alcanzar a todas las esferas, segun hace día por día el amor del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo.
..... Nuestro cariño va en busca de las criaturas, una por una; las reconoce y les deja su bendición.
..... Nosotros depositamos nuestro amor sobre los minerales, las vegetaciones, los animales y cuanto vive o alienta por voluntad de Dios.
..... Nuestro amor alaba al Dios Creador junto con el coro inmenso de los demás seres.
..... Nosotros y sus demás hijos damos al Dios padre la acción de gracias y el aleluya de cada dís y también la de cada momento.
..... Con los Angeles y las Potencias vueltas hacia el Señor, nosotros pedimos su bendición: ¡Aleluya, Aleluya!

martes, 7 de septiembre de 2010

Dame la mano y danzaremos, Gabriela Mistral



Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...

El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más...

Apegado a mí

Velloncito de mi carne,
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!

La perdiz duerme en el trébol
escuchándole latir:
no te turben mis alientos,
¡duérmete apegado a mí!

Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir,
no te sueltes de mi pecho:
¡duérmete apegado a mí!

Yo que todo lo he perdido
ahora tiemblo de dormir.
No resbales de mi brazo:
¡duérmete apegado a mí

A Margarita Debaile, Rubén Darío



Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.
Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?»
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar».
Y dice ella: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

Poemas y rimas


Aqui les dejo unos encantadores poemas con motivos infantiles.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Tres tigres


Tres tigres trigaban trigo,
tres tigres en un trigal.
¿Qué tigre trigaba más...?
Los tres igual.